-Prólogo-
Habiendo escrito varios libros de poemas, nunca
se me había ocurrido, hasta hace tres meses, componer aforismos. Y en los
últimos tres meses escribí alrededor de trescientos. Así de imprevista puede
ser la poesía, que un día cualquiera irrumpe sin golpear la puerta cuando uno
no la espera. Hojas, mi primer libro de aforismos, fue escrito en Madrid
durante el invierno del actual año 2013. Las circunstancias en las que me
hallaba comprendían largos y lentos días de vagabundeo por la ciudad. Sin
contar con cierta estabilidad para concentrarme en mis poemas, surgió la opción
de componer frases breves en borradores mentales que luego anotaba en el
reverso de los volantes de la calle o en las servilletas de los bares. Estos
aforismos sucedieron en bancos aislados del Parque del Retiro y de Plaza
España, en bares de Malasaña y Lavapiés, en las lomas del Cerro del Tío Pío de
Vallecas, en los jardines del Campo del Moro y del templo de Debod, en el tren
desde Atocha a Villaverde, en los bosques de Casa de Campo, en alguna sala del
museo del Prado, en silenciosas callejas de barrios como Manoteras o la
bulliciosa Gran Vía, en el cementerio de Carabanchel y en la Plaza Mayor.
Dedico este libro, en primer lugar, a la ciudad de Madrid, a quien debo el
haber descubierto el aforista que había en mí y, en segundo lugar, a sus
poetas, entre ellos especialmente a José Cereijo, quien tuvo la amabilidad de
alojarme en su casa, dándome el auxilio de un techo y de la poesía que pude
leer de su biblioteca, por ejemplo los aforismos de Joubert, Chamfort,
Lichtenberg y tantos, tantos otros con los que enriquecí la fortuna de la que
ya disponía gracias a maestros como el insuperable Antonio Porchia. Caen, del
árbol, las hojas, las de sus ramas y las del papel. Entrego estas que se me han
caído a mí para que dejen de ser mías; me retiro, en este mes de mayo, cuando
ya llegó la primavera, a uno de esos parques o esos bosques, pero sé que en mi
país está llegando el otoño, y caerán más hojas.
Ni el sol ni la muerte
pueden mirarse fijamente.
François de la Rochefoucauld
-1-
Nunca tuve mejor musa que las hojas del otoño desmayándose.
-2-
El
aburrimiento de la eternidad es tan invasivo que no deja tiempo para nada.
-3-
No hay
espacio, en nosotros mismos, donde quepa lo que somos.
-4-
La cultura sabe
asimilar lo que la instrucción apenas memoriza.
-5-
La pobreza
pudo darme una moneda del valor de mil monedas.
-6-
Poesía es cuando un idioma regresa al estado adánico de su infancia sin perder las barbas de la madurez.
-7-
El tema
filosófico y literario más intenso, el más desconcertante, el que nos incomoda
pensar por ser, como el lenguaje y la vida, lo más cercano, lo que habitamos
sin necesidad de pensarlo, lo que nos sacude sin necesidad de concebirlo, el
único sobre el que quiero escribir y sobre el que no he escrito nunca o tal vez
lo hice en todos mis escritos: qué diferencia hay, si la hay, entre la realidad
y los sueños, y en cuál de los dos polos, si están diferenciados, pasamos la
mejor y más intensa parte de nuestras vidas.
-8-
Conseguir,
como hace el niño, cuando toma sus regalos, sonreírle al envoltorio tanto como
a lo de dentro.
-9-
Lo que más
abruma del mal no es tanto su poder o magnitud sino su carácter inevitable, la
certeza de que no podemos prescindir de él, que lo llevamos
en nuestras inclinaciones incluso cuando no hacemos más que luchar para
evitarlo, que ni siquiera tendría sentido la bondad si no fuera por la maldad a
la que se opone.
-10-
Ninguna música podrá elevarse a la altura del silencio.
-11-
Raymond Chandler, consejo: "No escriba nunca nada que no le guste, y si le gusta, no acepte el consejo de nadie de cambiarlo. Los demás no saben".
-12-
Dice Camus que el tema fundamental de la filosofía es el suicidio, la cuestión de si la vida vale o no la pena de vivirse, pero esto es puro efectismo; el tema fundamental es la moral, qué es el bien, qué es el mal, de qué modo proceder para dignificar la vida.
-13-
Para un gran
artista es más fácil componer su obra que aprobar un seminario sobre ella.
-14-
El edén es tu país de origen al que extrañas porque te encuentras lejos.
-14-
El edén es tu país de origen al que extrañas porque te encuentras lejos.
-15-
Tu familia son aquellos que te dan sin que sea necesario que les pidas.
-16-
Lejos de manejar amplios y complejos
conocimientos, que es el caso de los eruditos, los sabios se destacan por la
facultad de asimilar verdades tan sencillas que todos pasan de largo, o que
desdeñan por su condición de lugares comunes. Darle carnadura a una idea
elemental es mucho más complejo que hacer levitar vastas estructuras de
erudición. Hay que ser un hombre extraordinario para hacer valer ciertas ideas
ordinarias. Un buen ejemplo es la máxima budista de que el origen de todos los
males es el deseo, porque no se satisface nunca. El deseo es infinito: quien
tiene una moneda, deseará dos; cuando tenga dos, diez; cuando diez, entonces
cien, y cuando llegue a mil deseará volver a tener una. Para ser feliz no
necesitas alcanzar lo que deseas sino dejar de desearlo. Un hombre que,
partiendo de este elemental principio, pueda dominar el arte de no desear, es
un verdadero sabio, aunque ni siquiera sepa leer.
-17-
Te desgarras,
con tu amor a la belleza, abrazando tigres.
-18-
La virtud es
una antorcha que alumbra a los demás pero no sabe verse a sí misma.
-19-
Me fascina de
Platón: la maestría con la que sabe ser discípulo; la exasperada humanidad con
la que predica los arquetipos divinos; la inmortal poesía con la que censura a
los poetas.
-20-
El verdadero
revolucionario es el bondadoso.
-21-
Aunque parezca
increíble podemos perder la inmensidad.
-22-
El caso del
filósofo que ardió reflexionando treinta años y concluyó lo mismo que pudo decir su cocinera abriendo un pollo.
-23-
Cuanto más grande sea el candado mayor interés tendrán en violentar tu puerta.
-24-
La avaricia es soplar la vela con la que estás despierto cada noche.
-24-
La avaricia es soplar la vela con la que estás despierto cada noche.
-25-
Aldo Pellegrini y una muy precisa definición: "La poesía pretende cumplir la tarea de que este mundo no sea sólo habitable para los imbéciles".
Aldo Pellegrini y una muy precisa definición: "La poesía pretende cumplir la tarea de que este mundo no sea sólo habitable para los imbéciles".
-26-
Piensa Giacomo Leopardi que los dioses
esparcieron los males sobre la tierra para distraer al hombre de su
irremediable infelicidad que es desear, desde todas sus limitaciones, remontar
el sol, escalar las estrellas, habitar lo imposible. Al tener que lidiar con
las enfermedades, las fatigas, el hambre y las tempestades, podríamos por fin
dejar de lado la tortura de ensayar ese salto que traspase los confines del
universo. Para hacer frente a todos los males, los dioses otorgaron a los
desventurados una serie de consuelos y recursos: la justicia, la virtud, la
gloria, el amor. Sin embargo agregaron, entre todos estos fantasmas, uno
especial, uno terrible: la sabiduría; porque basta con ese recurso para
desconfiar de todos los demás y retornar, después de un pestañeo, a la
situación original del infortunio metafísico.
-27-
A veces pienso
que, tal como va el mundo, el único milagro es que se crea en Dios.
-28-
El dolor te está evaluando, ya verá si te
convierte en león furioso o siervo herido.
-29-
No hay más
hogar ni madre que nuestra lengua.
-30-
Miro la luz de
tu ventana como si fuese ella quien pudiera venir a mí.
-31-
Una mujer hermosa
se desnuda y todo lo demás se desvanece.
-32-
La
majestuosidad puede albergarse en los harapos como el murmullo del mar en los
caracoles.
-33-
Un paseo con Robert Walser: “He de confesar que veo la naturaleza y la vida humana como una serie tan hermosa como encantadora de repeticiones, y además quisiera confesar que contemplo esa misma manifestación como belleza y como bendición. Desde luego que en algunos lugares hay cazadores y degustadores de novedades, echados a perder por exceso de estímulo, ansiosos de sensaciones, hombres que ansían casi cada minuto goces no disfrutados aún. El poeta no escribe para tales gentes, como el músico no hace música para ellos y el pintor no pinta para ellos. En conjunto, la continua necesidad de goce y prueba de cosas siempre nuevas se me antoja un rasgo de pequeñez, falta de vida interior, alejamiento de la naturaleza y mediana o defectuosa capacidad de comprensión. Es a los niños pequeños a los que siempre hay que mostrarles algo nuevo y distinto para que no estén descontentos. El escritor serio no se siente llamado a acumular material, ser pronto servidor de nerviosa codicia, y consecuentemente no teme algunas naturales repeticiones, aunque por supuesto se esfuerce en prevenir con celo que no haya demasiadas similitudes”.
-34-
El tiempo le
hizo la crueldad de ahorcarla con la misma cuerda que saltó de niña.
-35-
La lingüística
es una lupa que pretende usar su lente para examinarse a sí misma.
-36-
Al menos la
aristocracia no se pronunciaba democrática mientras nos desgraciaba.
-37-
Vivir es un
riesgo permanente y misterioso. La caída de un cabello siempre puede, de algún
modo, derrumbar el edificio.
-38-
En el océano
de la mediocridad son escasas las islas e infinitas las olas.
-39-
Es inquietante el hecho de que, para apreciar
las cosas como merecen, sea necesario ser externo a ellas. Una discusión de
locos en el manicomio puede ser fascinante, pero uno tiene que estar fuera de
esa locura para percibirlo así. La infancia como paraíso perdido delata que la
niñez es más hermosa como recuerdo que como vivencia; los niños no disfrutan la
suerte de ser niños, la ignoran. Lo mismo les pasa a los viajeros, que se
fascinan con pueblos extraños justamente porque les resultan extraños, pero les
resultarían insulsos si, decidiendo establecerse, se convirtieran en uno más de
los nativos. Del mismo modo, ¿qué es el encanto del campo sino una figuración
de la gente de la ciudad? Abunda, en la condición humana, lo que se encuentra
en la literatura de Kafka: seres condenados a buscar lo que no tienen, de modo
tal que la búsqueda es infinita e imposible el encuentro.
-40-
De paseo con Joubert: Encuentran más
verdades poetas buscando belleza que filósofos buscando verdad.
-41-
La capacidad
de identificar ideas erradas puede ser inversamente proporcional a la de
refutarlas.
-42-
Algún día como
hoy, bajo ese fuerte sol, dejarás, de pronto, de existir. Y ahora vas a leer
otras frases, como si no bastara la anterior para cerrar los ojos y temblar
sin frío.
-43-
Ese hábito tan
canónico de alabar autores que no nos gustan o que ni siquiera leímos.
-44-
La genialidad
de Rousseau: ser revolucionario con principios conservadores; retirarse a la
soledad de la isla para filosofar sobre la sociedad; haber sido el romántico
número uno sin darse cuenta.
-45-
Tal vez sea,
el gran éxito cristiano, el acierto de dictar, para los hombres, recetarios
para niños.
-46-
Tienes
facultad para la poesía si dispuso de tu vida antes de que puedas
consentírselo.
-47-
El drama
humano comienza cuando se constata la controversia entre nuestras limitaciones y la infinitud del universo.
-48-
Es más fácil
cargarse una mochila y dar la vuelta al mundo que tomar la decisión de hacerlo.
-49-
Avanzar
sabiendo que en las metas nacen puntos de partida.
-50-
Mucha gente supone que el hecho de llevar la
contraria, denunciar, combatir el orden vigente, es en sí mismo un signo de
inteligencia. Partiendo de la base diminuta de que el orden establecido es una
empresa con la que una elite de listos estafa a la masa tonta, extraen la
conclusión gigantesca de que todo transgresor es un despabilado que no se deja
estafar. Una falacia muy típica. Existe, en igual medida, el tonto que acata la
ley por una mera cualidad de su carácter, como el que la resiste por lo mismo.
Los tontos transgresores suelen tener, con respecto a los sumisos, el agravante
de creerse listos. Son, por tanto, los peores, porque un tonto que se cree
listo es dos veces tonto.
-51-
Ha costado,
cada nube, la labor de hacerle un cielo.
-52-
Desconoce el
valor de tener una casa quien posee muchas.
-53-
La idea de un
manicomio en llamas nos pone los pelos de punta y, sin embargo, pasamos las
páginas de los diarios, sin mayor problema, mientras echamos azúcar al café.
-54-
El precio de
un milagro es necesitarlo.
-55-
Una obra bien
parada sabe echarse a andar sin las muletas de la crítica.
-56-
Desesperados: cuerdos que hacen cosas de locos.
-57-
El dinero que,
como la desnudez del cuerpo, es lo más corriente y lo más obsceno al mismo
tiempo. Entrar a un sitio público para preguntar a alguien lo que gana no
difiere de bajarle los pantalones.
-58-
El papel de la
razón es enloquecernos.
-59-
Hay fantasmas
escondidos tras disfraces de fantasmas.
-60-
Respetemos
nuestros límites: les debemos la osadía de querer atravesarlos.
-61-
La tendencia
tan moderna de ocultar los sacrificios celebrados, otros tiempos, en las plazas
públicas.
-62-
Con mi amor te
hice tan inmensa que acabé perdiéndome en tu sombra.
-63-
Don Quijote es, ante todo, un hombre bueno. Por
más disparatadas que sean sus acciones, siempre son consecuentes con una misma
idea: hacer el bien, resolver injusticias, ser fiel a los que amamos y arreglar
los problemas del mundo. Su drama es aquello de que los buenos causan risa, que
las grandes disposiciones de espíritu son extravagancias, que la búsqueda de la
justicia se considera locura. El Caballero de la Triste Figura nos incita a la
aventura de convencernos de que los locos deben ser los que se ríen de él. Don
Quijote será loco o cuerdo, pero nunca ha sido malo; su único propósito es
hacer el bien pese a que todo el mundo se conjure en su contra. Tal vez esa ha
sido su verdadera hazaña, y no hace falta otra.
-64-
Un inteligente
irritado con un tonto acaba de perder su inteligencia.
-65-
Las prosas son
las hijas moderadas de los versos.
-66-
Los pájaros
que vuelan por el aire no debieran parecernos menos mágicos que los que hacen
salir de los sombreros.
-67-
Peor que hacer
el mal es no querer pagar el precio.
-68-
Una obra que
pudo dañarse por las cornetas de la crítica no debía valer tanto como para merecer
otra cosa.
-69-
La palabra es el
prejuicio del juicioso.
-70-
En los bosques
de mi angustia puede desmayarse un árbol.
-71-
Quien quiera
refutar la objetividad en el arte empiece por convencerme de que este aforismo
puede valer tanto menos como más que la obra de Dante.
-72-
Muchos suponen
que de un arrebato de inspiración resulta algo más auténtico que del fruto de
una composición larga, corregida y meditada. Esto es falso; hay, en esos
arrebatos, el riesgo de dar por bueno lo que no es más que la ocurrencia
circunstancial de una efímera borrachera, en tanto que es muy difícil que una
composición meditada no albergue nuestras más genuinas obsesiones.
-73-
Cometer
ciertas locuras es muy fácil o imposible.
-74-
La mayoría de los críticos literarios se
dedican a dar lecciones sobre la poesía de la que carecen. A veces basta la
presencia de uno solo de ellos para que la poesía que pudiera haber en un
ambiente se desvanezca. Los críticos literarios investigan el concepto de la
literatura porque gustan menos de ella que de las definiciones. También se
reconoce a estos especialistas por su cualidad de haber leído más libros que
nadie sin saber qué es lo que tienen dentro. Los poetas saben que aquello que
contienen los libros es la magia. Los críticos ven, al contrario, una compleja
estructura de elementos lingüísticos que sirven para ser analizados en
detestables congresos y tesinas. No tiene sentido enojarse en serio con ellos:
si acaso aciertan en algo, quizá hagan el bien, pero si no aciertan, que es
habitual, no pasa nada. Además, son muy útiles para algunas tareas
administrativas. Tampoco hace falta apartarse de ellos, pero sí mantener una
distancia prudencial. La mejor manera de mantener esa distancia es sumergirse,
tras un salto mortal, en la magia de la literatura. Una vez consumado el acto
los académicos huyen y la poesía fluye horadando nuestro corazón como una
flecha envenenada de vida.
-75-
A pesar de
tantas leyes es posible hacer lugar a la justicia.
-76-
Hay que ser
muy sólido para dar al porvenir el obsequio venerable de unas ruinas.
-77-
Para el necio
la crítica de su idea o partido equivale a la de su persona.
-78-
Conservar, en
los disturbios, el espacio de la cara donde cabe una sonrisa.
-79-
Cualquier
régimen que impida expresarse a una minoría puede calificarse de dictatorial,
aunque lo apoye la mayoría.
-80-
La obra entera
quedó justificada por lo que vale uno de sus detalles.
-81-
El carácter objetivo o relativo de los valores
es uno de los más apasionantes y controvertidos problemas filosóficos, sobre
todo porque nunca acaba de resolverse. Especifiquemos el caso primordial de los
valores morales. Dijo Baudelaire que Dios, para reinar, no necesita existir. Yo
creo que se puede decir lo mismo de los valores morales planteados en términos
objetivos. El carácter objetivo de los valores morales es, antes que cierto,
necesario o, más aún, inevitable. Somos incapaces de prescindir de criterios
objetivos sobre la moral. Resultaría demasiado difícil aceptar el carácter
relativo de un valor sin invalidarlo, por ejemplo, admitir que torturar niños
está mal pero podría no estarlo porque depende del punto de vista. Los valores
morales son objetivos o no existen; un librepensador podrá darse sus lujos
pero una sociedad, para establecer cualquier tipo de orden, no puede tomar el
asunto de otro modo, de hecho los revolucionarios comparten con los
conservadores la necesidad de basar sus ideales en principios incuestionables.
De esto se concluye que, en definitiva, no tiene mayor importancia que un valor
moral sea objetivo o relativo porque los valores objetivos, para reinar, ni
siquiera necesitan ser objetivos.
-82-
Creía que los
viajes me estaban enloqueciendo pero ahora, que ignoro dónde estoy, comprendo
que fue la locura quien me llevó a viajar.
-83-
Los que buscan
situarse más allá del bien y del mal acaban situándose en el mal.
-84-
El estilo:
toda obra suma con lo que puedas restarle.
-85-
La ira es esa
sangre que brota de una vena que se corta: ahora no podrá más que manchar.
-86-
Si en vez de
señales de tránsito pusieran aforismos tal vez habría menos accidentes.
-87-
Siempre se
escribe sobre muy pocos y esenciales temas. El arte es el desafío de decir lo
que se ha dicho innumerables veces como si se dijera por primera vez.
-88-
Persevera
aquel candor de protegernos con el simple hecho de cerrar los párpados.
-89-
Hay noches en
las que ya caímos y no cesa la angustia de caer.
-90-
Hace varios años visité un manicomio. Uno de
los internos, con el que había tenido una conversación agradable e interesante,
me hizo, con sincera curiosidad, la siguiente pregunta: ¿por qué crees que yo
estoy aquí dentro y tú estás allí fuera? Aquella noche no pude dormir. Lo
primero que pensé fue que seré capaz de responder sobre los límites entre
cordura y locura cuando sepa, también, distinguir entre la vigilia y los
sueños, la realidad y el lenguaje, la filosofía y la vida. ¿Por qué él estaba
allí dentro y yo estoy aquí fuera? Esta noche no dormiré tampoco. Podría
enloquecer nada más que de buscar una respuesta que me satisfaga, volver a ese
manicomio para quedarme dentro. Tal vez aquel interno ya no esté allí y venga a
verme, de visita, y entonces sea yo quien pueda hacerle la pregunta.
-91-
La relación de
los sueños con la realidad es que forman parte de la realidad.
-92-
El marxismo es
una metafísica burguesa que, en su afán de derrocar la burguesía, y también la
metafísica, acaba derrocándose a sí mismo por reducción al absurdo.
-93-
Conozco pocos
enemigos de la moral que no se ofendan cuando algún amigo se acuesta con sus
parejas.
-94-
Ahora que
conozco mis limitaciones puedo avanzar con paso firme.
-95-
Con respecto a los diferentes tipos de inteligencia, me inquietan esas personas cuyo desarrollo notable de una pareciera invalidarle las otras. Hay seres capaces de las más admirables genialidades científicas que no comprenden las más sencillas rimas de Becquer.
-96-
No puedo
saber, cuando miro la luna, si su luz abre mis ojos o los cierra.
-97-
Leemos en libros antiguos algunas afirmaciones,
magistrales en sus épocas, que han sido refutadas por el tiempo y ahora, a
nuestro entendimiento, resultan insalvables disparates. Luego pensamos que esos
autores pudieron ser más sabios y atinados que nosotros, acaso incapaces de
estar a la altura de nuestra época como aquellos lo estuvieron de las suyas y,
lo mejor de todo, preguntarnos con cuáles de nuestras certezas haremos sonreír
a la posteridad.
-98-
No hay cárcel
más terrible que la de puertas abiertas.
-99-
Hay que estar
mal hechos para ser capaces de angustiarnos ante la naturaleza.
-100-
El mayor favor que nos hace la lucidez es
cuando nos ayuda a soportarla.
-101-
Aunque haya
costado mil fracasos un triunfo es un triunfo.
-102-
La plenitud de
valorar lo que se tiene como si no se tuviera.
-103-
El amor
conlleva el riesgo de que un corazón ajeno pueda detener el propio.
-104-
Los pobres
hacen la guerra a los ricos para ser como ellos con sus mismos medios.
-105-
A veces el
odio no es más que un desagradable recurso de defensa.
-106-
Lo enfermizo
de la misantropía es que otorga demasiada importancia a lo que repudia.
-107-
Los lugares
comunes son cenizas perennes de incendios que han sido esplendorosos.
-108-
Una de las inquietudes más latentes de la
poesía de Leopardi es la infelicidad, profundo problema existencial que,
fatalidad de nacimiento y muerte, paridera de todas las penas, elemento
idiosincrático de nuestra especie, nos hace, tantas veces, cuestionar el
sentido mismo de la vida. El poema Amor y muerte concluye que es la muerte,
junto al amor, la cosa más bella de la tierra, porque apaga el dolor. Sin
embargo, dice el poeta, hay que vivir. Hasta que llegue la muerte, debemos
afrontar la vida con nobleza. No hay mejor manera de sacar partido del dolor
que la de ser virtuoso a su pesar. No hay mayor grandeza que la de vivir con
dignidad en las adversidades. Llevar la vida como la obra de un artista
sabiendo que lo más probable será fracasar o morir sin conocer la gloria,
pensar que acaso la virtud no valdría si no fuera por su afán de abrirse paso
en un sendero de zarzas y espinas, dar agua y luz, día tras día, a esa flor tan
frágil que ha crecido en el desierto.
-109-
Mancillar el
amor es el peor de los pecados.
-110-
Los aludes del
pensamiento pueden helarnos más que los de las montañas.
-111-
El problema de las leyes es que están obligadas a juzgar casos
particulares con criterios determinados por la generalidad.
-112-
La historia es
un género modesto de la literatura.
-113-
Filósofos
materialistas. Ya verás qué gritos pegan cada vez que algo les pica sin saber
dónde rascarse.
-114-
Aprendí a
mirar más puertas en las nubes que en las casas.
-115-
Voy de viaje, atravieso un bosque espeso entre
majestuosos cerros. Me detengo ante unos hoyos elocuentes, ancestrales; han
quedado de unos pueblos de los que poco sabemos. No está claro, todavía, si se
trata de morteros o de mapas estelares. Tantas cosas, las que uno mismo hace,
deberían suscitarnos una duda semejante.
-116-
La desazón
humana deriva de su frustrado diálogo entre la cultura y la naturaleza.
-117-
El
romanticismo es el padre de todos los géneros, incluso del romanticismo.
-118-
Hay personas
tan inmunes al embrujo de las artes, del amor, de la belleza, que podrían, sin
siquiera darse cuenta, navegar por ese punto donde cantan las sirenas.
-119-
Los que menos
tienen son los que más bailan.
-120-
Ve a Venecia
porque la pondrás más bella cuando temas que se hunda.
-121-
La derrota
también puede formar parte de las bellas artes.
-122-
Las llamas del infierno queman menos por su temperatura que por su eternidad.
-123-
El lenguaje es
esa cárcel de la que intentamos fugar abrazando sus barrotes.
-124-
Ahora que está
en ruinas es más bello el monumento.
-125-
El comunismo
es una doctrina que pretende ser un hecho y el capitalismo un hecho que
pretende ser doctrina.
-126-
Viste el
bosque más pequeño que la sombra de uno sólo de sus árboles.
-127-
El orden social deja de lado a los pobres a la
hora de otorgar derechos elementales, tales como vivienda, educación, salud y
trabajo digno, de modo que acaba condenándolos a una marginalidad que suele
devenir en delincuencia. Pero, a la vez que los excluye de los derechos, no
vacila en incluirlos en las obligaciones, por ejemplo cuando las fuerzas
policiales los castigan porque no cumplen con un sistema que no había cumplido
con ellos. Este círculo vicioso de generar marginales para luego combatirlos es
una de las formas más deplorables de la injusticia social.
-128-
La maldad hace
menos mal que la estupidez.
-129-
La respuesta
es un camino de regreso a la pregunta, un rodeo que agregó misterio.
-130-
Si toda poesía
es política entonces toda poesía que habla de política es redundante.
-131-
Nuestro amor
es una ley que ha violado muchas leyes.
-132-
Casi siempre
es agradable, desde el banco de una plaza, observar a las palomas disputándose
las migas. Casi siempre; también pasa, algunas veces, que se sacan
conclusiones.
-133-
Es tan
fatigoso potenciar el bien para que asome la cabeza como retener el mal para
que no erupcione.
-134-
Un buen
albañil no es, para la obra, de menor inteligencia que un buen arquitecto.
-135-
Consumadas
tantas redes que tejieron nuestras manos nos largamos, enredados, a buscar
culpables.
-136-
De Esperando a los bárbaros, Coetzee: "Parece lógico que un hombre que no sabe qué hacer con la mujer que tiene en su cama no sepa qué escribir".
-137-
Puede hacer falta más grandeza para admirar una
obra que para componerla.
-138-
La vejez es
una infancia sin juguetes.
-139-
Justificas
tanto tiempo en lidiar con el problema que cuando se resuelva quedarás desamparado.
-140-
Hay infinidad
de actitudes y aficiones que, por más polémicas o extravagantes que sean,
podemos darlas por buenas; basta con agregar el “siempre y cuando no hagan daño
al prójimo”.
-141-
Un artista revolucionario no puede formar parte
de ninguna vanguardia, en todo caso la genera a su pesar.
-142-
Hay poesía,
también, en los poemas.
-143-
La ventaja del
pesimista es no sufrir desengaños y hacer del escepticismo un vigoroso estilo
de vida; los que se suicidan son los optimistas fracasados.
-144-
Si topásemos,
de pronto, con un animal desconocido, nos daría miedo, un valiente lo atacaría.
Esto me sugiere, sobre la humanidad, ideas muy funestas.
-145-
Exótico es,
con su asombro, el extranjero.
-146-
Vive en la
casa de enfrente y sin embargo debes, para golpear su puerta, atravesar
desiertos, mares, desiertos.
-147-
Por regla general, a los intelectuales les
irritan las cosas que están al alcance de cualquiera. Pocas actitudes resultan
tan lamentables como la sobrevaloración de la complejidad, como si lo complejo
implicase, en sí mismo, mayor nivel de importancia o de verdad.
Consecuentemente, la mofa de los lugares comunes. ¿Qué importa si algo es un
lugar común cuando efectivamente vale la pena o está en lo cierto? Siempre me
pareció muy curioso el que una característica idiosincrática de la
intelectualidad sea esta tendencia tan poco inteligente.
-148-
Existe la
alquimia de usar nuestros errores para extraer aciertos.
-149-
Una rigurosa educación de la mirada.
-150-
La poesía es
una paradoja prodigiosa. Paradoja, porque pretende decir con palabras lo que
está más allá de las palabras. Prodigiosa, porque lo logra.
-151-
Entre el
centro y la periferia hay más puentes que murallas.
-152-
Para pisar la meta de su camino un chamán debe ser un sanador, un guerrero, un vidente y un maestro. Pienso que puede bastar, para recorrer las cuatro sendas, transitar a fondo una sola de ellas, ya que estimo improbable que cualquiera de estas competencias pueda consumarse sin conllevar las demás.
-153-
Adultos que desean
regresar a sus veinte años pero con la experiencia de los sesenta, ¿qué ventaja
podría tener un ser tan monstruoso?
-154-
La paciencia
es el arte de atravesar una jungla convirtiéndola en un jardín.
-155-
Rimbaud. Nos cuesta dejar de admirar a un
hombre que, después de haber sido extraordinario y joven poeta de su tiempo,
pueda opinar, perdido en algún pueblo africano, que los libros sólo sirven para
tapar la lepra de las paredes viejas; ese mismo hombre que, concluyendo una
intensa vida dedicada al paganismo, hace llamar a un cura en su lecho de
muerte. Nos cuesta dejar de interesarnos por este poeta y, además, puede que nos
gusten sus poemas.
-156-
Trabajan
buscando adeptos quienes son incapaces de ser hallados.
-157-
El arte es la
aristocracia de los desclasados.
-158-
La desvergüenza
de los hombres puede llegar al límite de enfadarse con Dios porque no les
impide cometer sus canalladas.
-159-
La solidaridad
burguesa es una buena inversión: se adquiere tranquilidad moral por unas pocas
monedas.
-160-
En el fondo lo
sabemos: no podríamos vivir sin ciertos conflictos que nos desgarran.
-161-
Un buen
profesor siempre aprende cuando enseña.
-162-
La única
manera de vencer a los dioses es reemplazarlos por otros.
-163-
Las obras
poéticas más excelsas de los pueblos son sus lenguas.
-164-
Esa tendencia
a suponer, en los fenómenos, una complejidad de la que quizá carecen.
Probablemente Sócrates no escribió nada porque no tenía ganas.
-165-
Hay gente tan
carenciada que pasó un mes entero sin mirar las estrellas.
-166-
Dice el político que todo hecho es político.
Cierto, pero con idéntica validez puede decir, el filólogo, que todo es
lenguaje, o que todo es biológico los biólogos, luego intervendrá el psicólogo
para insistir en que la psiquis determina todo. Todos tienen parte de razón:
hay, en cada hecho, el factor político, el factor lingüístico, el factor
psíquico o el factor biológico. Estamos confusamente determinados por el complejísimo entrevero de todos esos
factores, además de muchos otros y, según cada caso, cada determinante puede
tener mayor o menor relevancia que los demás. Dar a uno solo de esos factores
una relevancia desmesurada ha sido el desmesurado error de algunos genios y de
innumerables tontos.
-167-
Sería mejor si
todos los poetas publicasen un solo libro, póstumo, llamado “Obras completas”.
-168-
Libros que
extraen su sabiduría de personas que no saben leerlos.
-169-
La soberbia de
la mediocridad es la más exasperante de las paradojas.
-170-
Duele menos
estrellarse en el asfalto que pararse en la cornisa.
-171-
No llevan bien
las cuentas de sus casas pero hablan como expertos sobre la administración de
sus países.
-172-
Un arte tan
excelso que no parece arte, que no pudo haber salido del talento de un artista,
que incómodos, perplejos, nos negamos a creerlo. Shakespeare, Velázquez, Bach,
Miguel Ángel, que esos hombres existieron es mentira.
-173-
La
indiferencia ante la política es una de las formas deplorables de la política.
-174-
Toda palabra es una balsa sobre la que uno
puede arrojarse para, de una manera precaria pero eficiente, mantenerse a flote
en medio de este mar infinito y tempestuoso que es la realidad que nos rodea.
Los poetas, cuando son de los mejores, pueden lograr que esa balsa sea más
sólida que el mar.
-175-
Wittgenstein: “Aunque todas las posibles preguntas de
la ciencia recibiesen respuesta, ni siquiera rozarían los verdaderos problemas
de la vida”.
-176-
La riqueza del
que bebe agua disfrutando de un manjar invalorable.
-177-
Se aconseja
leer a Descartes porque escribe bien. Es que, antes que un gran pensador, hay
que ser un gran escritor para demostrar que la razón puede explicar lo que no
está a su alcance.
-178-
Dos reglas de conducta: compartir lo poco que se tiene, como los pobres, o ser egoísta con grandes fortunas, como los ricos; reparar que todos están hechos del mismo barro; que los de un lado se comportarían igual que los del otro, si allí les tocase estar; concluir que estas dos reglas, como todas las demás, pertenecen al reino de la mediocridad, en tanto que lo realmente valioso siempre está en las excepciones.
-179-
Entre un payaso
y su público no vi mayor diferencia que la cantidad de colores.
-180-
Confesarnos
que les tomamos afecto a dos o tres defectos.
-181-
El común de
las personas de la era del satélite todavía no comprende la bombilla eléctrica.
-182-
No es posible
ser nada más que poeta sin ser músico, pintor y filósofo.
-183-
Todos los
objetos ocultan ventanas y el peligro de caer del otro lado.
-184-
Si nos permitimos trazar un esquema bipolar y
simple de nuestra compleja condición humana, conviene delimitar dos factores
constitutivos: espiritual y racional. El espiritual, o emotivo, engloba todo
aquello que entendemos como el alma, el corazón, los sentimientos, los impulsos
e intuiciones; sin él no podríamos amar, crear, conmovernos, dar sentido a la
existencia. El racional comprende el sentido común, la sensatez, la
objetividad, la porción de frialdad y egoísmo necesarios para sobrevivir o
progresar, la sobriedad, el sentido práctico del que tiene los pies sobre la
tierra; sin él seríamos incapaces de mantener una familia, conservar un empleo,
administrar un patrimonio o cuidar la salud. Como buen par de opuestos, estos
dos factores son complementarios, en tanto que lo espiritual es el motor que
nos mueve y lo racional el timón que nos guía y dirige. El arte del buen vivir
no tiene más secreto que el de equilibrar lo espiritual con lo racional,
acompasar corazón con cerebro, de modo que quien sufra una carencia o exceso en
alguno de estos factores debería poner todo su esmero en corregirse.
Inevitablemente habrá circunstancias en las que un factor se imponga sobre el
otro, pero para vivir de una manera apropiada es necesario alcanzar el
equilibrio.
-185-
Para darse una idea de cómo funciona el mundo
basta con advertir que una de las acepciones de “inocente” es ingenuo, tonto.
-186-
Laberintos del
intelecto que no tienen más salida que salir del intelecto.
-187-
Comprender la
solidez del aire sin perder el aire.
-188-
Desconfía del
triunfo: va a dejarte, de tus sueños, una cruel caricatura.
-189-
Siempre acusan
a los pobres de hallarse en el estado al que los reduce su pobreza.
-190-
Mala gente que
ayuda a los demás para darse la ayuda de creerse buena gente.
-191-
La naturaleza
no se equivoca porque carece de palabras.
-192-
Existe tanto la objetividad como lo relativo,
es decir, la consistencia propia de un objeto y la de lo que construye, con su
mirada, el sujeto que lo percibe, que pasa a ser, a su vez, un nuevo fenómeno
con existencia propia, efecto convertido en nueva causa capaz de alterar la
realidad. La objetividad existiría aunque fuera imposible aprehenderla tal cual
es, y tampoco podemos desestimar la consistencia de los puntos de vista del
sujeto. Por lo tanto, siempre me ha inquietado esa disputa filosófica que consiste
en que los partidarios de una objetividad
entablan una batalla feroz contra los de una relatividad absoluta, y
viceversa. Así como hay luz y oscuridad, sin que ninguna pueda ser más cierta
que la otra, hay verdad objetiva y verdad relativa. Cada una tiene su peso y,
si bien las confundimos, coexisten. Los objetivistas suelen atribuir existencia
autónoma a los puntos de vistas determinados por la cultura. Frecuentemente son
arbitrarios e involuntariamente dogmáticos. Los relativistas, a su vez, cometen
el error de suponer que ciertos valores propios de un fenómeno no son más que
puntos de vista de un sujeto, es decir, que carecen de existencia propia más
allá del modo en que son percibidos. Se basan en nociones como las del concepto
histórico o la del marco de referencia, con el riesgo de terminar pensando que
la luna es más pequeña que nuestro dedo. El problema es que para fundamentar
que todo es relativo necesitan un argumento que no lo sea y se reducen al
absurdo. Ni todo es objetivo ni todo es relativo: hay objetividades y
relatividades y lo realmente difícil, quién sabe si imposible, es adquirir la
extraordinaria competencia de saber distinguirlas.
-193-
Se reconoce al
experto por la importancia que atribuye a los detalles.
-194-
Es habitual
que los intelectuales se interesen más por la inteligencia que por la verdad.
-195-
Algunos revolucionarios, reflexionando,
llegaron a la estúpida conclusión de que la poesía es la torre de cristal de un
egoísta, y la censuraron. Algunos conservadores, sin pensar, casi por instinto,
acertaron suponiendo que la poesía, peligrosa, era capaz de demoler sus
estructuras, y la censuraron. El poeta, mientras tanto, siguió escribiendo para
salvarnos de toda esa gentuza.
-196-
No le basta, a
la nieve, ella misma ser hermosa, que embellece todo lo que toca.
-197-
Lo trágico es
la claudicación de lo ilusorio ante lo real.
-198-
Dijo que
prefiere ser superficial, pero feliz, y no se me ha ocurrido nada que
objetarle.
-199-
Descreen de la
objetividad los que carecen de competencia para identificarla.
-200-
Consejo de Pascal: los que, deseando creer, no
son capaces de lograrlo, deberían vivir haciendo todo como si creyeran y, tal
vez sin darse cuenta, se encontrarán creyendo. Reflexión de un agudo pensador
que, como es habitual, cabe en una de esas frases que se puede oír en cualquier
mercado: “para aprender a nadar hay que arrojarse al agua”.
-201-
Necesaria
sensatez de considerar que las cosas podrían ser de otros modos.
-202-
Conceder que
no pudo salir nada de la nada conlleva el riesgo de rendir nuestra incredulidad al carácter divino del universo.
-203-
Los hombres
que se imaginan superiores dan con ello la prueba de su inferioridad.
-204-
Si la
agricultura no fuera parte del saber debería considerarse más útil que la
sabiduría.
-205-
Me parece
imposible haber sido rey y mendigo y no ser después un sabio.
-206-
La madurez del
pensamiento empieza cuando acaba el hábito de valorar ideas, o fenómenos, según
a quien complazcan o se opongan.
-207-
Rechazo al
revolucionario que se entusiasma más con la lucha que con lo que procura
obtener por medio de ella.
-208-
El
psicoanálisis dispone de ciertos medios para ayudar a resolver los problemas
que inventa en sus pacientes.
-209-
Es domingo y
no comprendo si me alejo de todo o si todo se aleja.
-210-
San Agustín sabe lo que es el tiempo si no se
lo preguntan, pero cuando le preguntan qué es ya no lo sabe. Hay entidades tan
débiles que, si no fuera por el concepto que las afirma, apenas serían
perceptibles, mientras que otras, como el tiempo, son tan sólidas que existen
poderosamente aunque nadie las defina, al punto que cualquier concepto sobre
ellas nos resulta perturbadoramente esquelético, insuficiente. Lo mismo nos
pasa a los poetas con la poesía, que nos atraviesa como una vivencia tan
intensa que ni siquiera requiere de un concepto en el que apoyarse. Así, es
ridículo definir la poesía diciendo algo como “composición literaria en verso”.
La poesía no se define porque es tan fuerte que no nos hace falta; o sentimos
cómo nos devora sin saber qué es, o intentamos definirla de la única manera
posible: escribiéndola.
-211-
Traductores
incapaces de componer las obras que traducen y que, sin embargo, pueden ser más
sabios e inteligentes que los compositores.
-212-
Creyendo que algo
existía lo hicieron nacer.
-213-
Para ser un
gran humano hace falta una gota de divinidad.
-214-
Todavía no comprendes el asunto, pero tiemblas.
El cuerpo, que carece de reparos, se anticipa a tu cerebro.
-215-
La mayoría de las personas han de ser buenas, de lo contrario no habría modo de que el mundo funcionase. Pero.. ¿funciona?
-216-
Pocos pasajes de la literatura anarquista me
han resultado tan fulgurantes a la vez que acertados como los siguientes
sablazos de Rafael Barrett: “Universitarios que proyectáis regeneraciones,
retóricos del sacrificio, abandonad esa colmena central y dispersaos por los
modestos rincones de vuestro país, no para chupar sus jugos a los cálices
ingenuos, sino para distribuir la miel de vuestra fraternidad. Talentos
generosos, prosperad todavía: haceos maestritos de escuela, curitas de aldea;
acudid a la simple faena cotidiana, y en las tardes transparentes, a la vuelta
del surco, hablad al oído a vuestros hermanos que sufren, ¡que sufren tanto que
no saben que sufren! Pero si no hay amor en vosotros quedaos en la colmena y
dedicaos a la política”.
-217-
Merece la pena lo que pueda perturbar el
juicio.
-218-
Poesía,
palabras más vestidas que parecen más desnudas.
-219-
La araña
tampoco puede librarse de su tela.
-220-
¿Superhombre? Nunca hubo ni habrá más que
hombre a secas. ¿Muerte de Dios? Es posible, después que muera el hombre a
secas. ¿Derrocar al cristianismo? Candidez conmovedora. ¿Más allá del bien y
del mal? Grandilocuencia aristocrática. Nietzsche convence, primero, como
poeta, nos interesa o persuade su reflexión en un paréntesis, y al final
terminamos conservándolo, también, porque es poeta, de los mejores.
-221-
Ese esfuerzo
que hacen los prejuicios para ser más persuasivos que las evidencias.
-222-
Esos generosos capaces de darte un puñetazo si
no les permites invitar a la cena.
-223-
Vanguardistas, esos teóricos de la forma que cometen
la necedad de confundir lo que suponen nuevo con lo bueno.
-224-
La política es al cuerpo de una sociedad lo que
al de una persona su sistema digestivo transitado de heces. Algo que huele muy
mal, repugnante, pero por desgracia inevitable. No somos capaces, ni como
sociedad ni como individuos, de dar un paso sin producir ni expulsar
excrementos. Para poder organizarse una sociedad se ve obligada a producir
abundante materia fecal, es decir, aquello en lo que deviene todo fenómeno
social de carácter administrativo. Si bien es cierto que una sociedad
está constituida por las heterogéneas labores de todos y cada uno de sus
integrantes, existen personas que se dedican al trabajo sucio de manera
vocacional: los políticos. Hay excepciones, sí, para confirmar la regla pero,
más allá de su partido o ideología, todos ellos comparten esta extraordinaria
vocación por las heces. El nivel de importancia e incidencia de un político es
proporcional al de su hundimiento en la alcantarilla.
-225-
Todos los
caminos del mundo conducen a la patria de nuestro corazón.
-226-
Encuentro más
verdad en los filósofos cuando son poetas que en los poetas cuando son
filósofos.
-227-
Ernesto
Sábato: “El mundo nada puede contra un hombre que canta en la miseria”. Me
complace y me convence pero pienso, de inmediato, si es posible, sin miseria,
que haya un canto como ése, por lo tanto la sonrisa se convierte en mueca.
-228-
Me recibieron
creyendo que había vuelto.
-229-
No hay
diferencia cualitativa entre el ciudadano que, a su nivel modesto, carga los
mismos vicios que el gobernante a su nivel histórico.
-230-
Hermann Hesse: "Yo tengo bastantes amigos que en política profesan ideas contrarias a las mías; y entre los que en política piensan como yo, hay bastantes personas a las que no puedo tomar en serio".
-231-
Visité a un viejo marginal que vivió toda su
vida dedicándose al oficio del asalto, de la estafa, del secuestro y de las
drogas. Ha pasado muchos años en las cárceles y otros tantos en guaridas y hospitales;
conoció la limosna y la fortuna; habitó varios países y tuvo más de un hijo.
Oyes hablar a una de estas personas y no dejas de advertir la sólida realidad
del terreno que pisaron, con sus códigos y honores, sus tragedias y placeres,
la brutal sinceridad de cada uno de sus actos, la importancia y el comercio que
han tenido, sus asuntos, con el mundo de los jueces, de los médicos, de
empresarios exitosos, de los padres de familia. Tan real se nos presenta esta
urdimbre clandestina, es de tanta consistencia, va tan dada de la mano con la
forma en la que funciona el mundo, que podemos concebir la idea de que todos
los que acatan cada ley establecida son un grupo de inocentes, en el mal
sentido, cuya vida es una farsa, una cándida y ramplona fantasía.
-232-
Un espíritu
insobornablemente íntegro pone en peligro la estructura de cualquier sociedad.
-233-
Cuando uno se
acostumbra a estar enfermo acaba sin saber vivir de otra manera.
-234-
Los primates
nunca dejan de morir ni de nacer.
-235-
La mentira no
se opone a la verdad, sólo intenta soportarla.
-236-
Existe la contradictoria filosofía que
desestima al filósofo, concluyendo en que nada logra el hombre con su
pensamiento, que la realidad le resulta inaprensible y todo lo que razona no
son más que sombras y balbuceos de sus limitaciones. Olvidan que el pensador y
su pensamiento son, además de algo que delibera sobre la realidad, partes de la
realidad misma y, por lo tanto, es plausible decir algo de peso sobre ella, es
decir sobre uno mismo.
-237-
El poder del
mal tiene la magnitud de nuestras debilidades.
-238-
No hay
escapatoria: huir de la poesía es poético.
-239-
Giacomo Leopardi piensa que, si bien el hombre
es infeliz por pesares intrínsecos a su naturaleza humana, también lo es, en
gran medida, por la naturaleza misma. La naturaleza nos atormenta contrastando
su impasibilidad con nuestra desesperación, su infinidad con nuestra finitud,
su perfección inmaculada con nuestra imperfección accidentada. Magnánima,
imperecedera, desprovista de angustia y de pesar, la naturaleza nos hostiga
desplegando ante nuestros ojos todo lo que nunca podremos ser y, primero madre,
acaba por ser nuestra madrasta, respondiendo a nuestras dolencias con toda
suerte de tempestades convertidas en nuevas causas de infortunio. Cuenta el
poeta la historia de un islandés que, mientras huía con gran odio de la
naturaleza, topa con ella en una región apartada de África. En su misma cara la
maldice, reprochándole el que le haya infundido una insaciable avidez por el
placer, al tiempo que el disfrute de este placer sea, entre las cosas humanas,
la más nociva, cuando no imposible. La
naturaleza le revela una verdad terrible: la vida es un circuito de producción
y destrucción en cuyas leyes nada tiene que ver la felicidad humana. El hombre,
sin dejar de maldecir, pregunta: “¿A quién complace o a quién favorece esta
vida infelicísima del universo, conservada con daño y con muerte de todas las
cosas que lo componen?”. Entonces vienen dos leones y lo devoran.
-240-
Dichosos los
griegos que se embriagaban creyendo en Baco.
-241-
Para invadir
el palacio basta con una mariposa.
-242-
Las rebeliones
más eficaces las cometen los que ambicionan ser opresores.
-243-
Mucha gente sostiene que la patria no existe, que es un mero artilugio político de la historia y otras sandeces semejantes. Se trata de personas que, en la mayor parte de los casos, apenas conservarían el blanco de sus ojos si se arrancasen todo lo que su país, bueno o malo, aportó en sus personalidades, empezando por una lengua con la que razonan el mundo, la mayoría de sus gestos y costumbres, a veces hasta una manera de caminar o de pararse. Poco faltaría para que sean ellos los que no existan. Muchos no salieron nunca del país, y entrarían en pánico si un día abrieran los ojos y se encontrasen del otro lado de la frontera, como si el fantasma en que no creen los hubiera aterrado desapareciendo.
-244-
Vaya
sociedades que se enfadan con los pobres y toleran la pobreza.
-245-
Hay grandes
viajeros que nunca salieron de su aldea y personas que dieron la vuelta al
mundo sin haber viajado.
-246-
Mentir, robar, traicionar, matar, no tener
palabra. Cuesta encontrar una cultura, de la época y sitio que fuera, en la que
estas faltas no hayan sido consideradas como tales, incluso allí donde no hagan
más que cometerlas. Dos pueblos pueden no parecerse en nada con la excepción de
esas pocas reglas transparentes, elementales: no mentir, no robar, no
traicionar, no matar, cumplir con la palabra. Son, no cabe duda, los valores
trascendentes, objetivos, absolutos, los fondos que sobreviven a milenios que
desplazan, incesantes, tantas formas relativas. Guerra hubo solamente una que
es civil pero mundial, cuyo origen se ha perdido en la bruma de la antigüedad
remota, es la misma que persiste, encarnizada, mientras lees, ahora mismo,
estas palabras, la que seguirá encendida en la hoguera del futuro: los que
luchan por fundar esos valores contra los que nunca dejan de abolirlos.
-247-
En los siervos
puede haber una blancura que doblegue a los leones.
-248-
Las grandes
verdades son tan elementales que resulta muy difícil valorarlas.
-249-
Debemos a la
muerte valorar la vida.
-250-
Mi tristeza es
la caída de una hoja del otoño que no cesa de caer durante un año, hasta que volvió
el otoño.