jueves, 9 de mayo de 2013



-Prólogo-

 

Habiendo escrito varios libros de poemas, nunca se me había ocurrido, hasta hace tres meses, componer aforismos. Y en los últimos tres meses escribí alrededor de trescientos. Así de imprevista puede ser la poesía, que un día cualquiera irrumpe sin golpear la puerta cuando uno no la espera. Hojas, mi primer libro de aforismos, fue escrito en Madrid durante el invierno del actual año 2013. Las circunstancias en las que me hallaba comprendían largos y lentos días de vagabundeo por la ciudad. Sin contar con cierta estabilidad para concentrarme en mis poemas, surgió la opción de componer frases breves en borradores mentales que luego anotaba en el reverso de los volantes de la calle o en las servilletas de los bares. Estos aforismos sucedieron en bancos aislados del Parque del Retiro y de Plaza España, en bares de Malasaña y Lavapiés, en las lomas del Cerro del Tío Pío de Vallecas, en los jardines del Campo del Moro y del templo de Debod, en el tren desde Atocha a Villaverde, en los bosques de Casa de Campo, en alguna sala del museo del Prado, en silenciosas callejas de barrios como Manoteras o la bulliciosa Gran Vía, en el cementerio de Carabanchel y en la Plaza Mayor. Dedico este libro, en primer lugar, a la ciudad de Madrid, a quien debo el haber descubierto el aforista que había en mí y, en segundo lugar, a sus poetas, entre ellos especialmente a José Cereijo, quien tuvo la amabilidad de alojarme en su casa, dándome el auxilio de un techo y de la poesía que pude leer de su biblioteca, por ejemplo los aforismos de Joubert, Chamfort, Lichtenberg y tantos, tantos otros con los que enriquecí la fortuna de la que ya disponía gracias a maestros como el insuperable Antonio Porchia. Caen, del árbol, las hojas, las de sus ramas y las del papel. Entrego estas que se me han caído a mí para que dejen de ser mías; me retiro, en este mes de mayo, cuando ya llegó la primavera, a uno de esos parques o esos bosques, pero sé que en mi país está llegando el otoño, y caerán más hojas.






Ni el sol ni la muerte pueden mirarse fijamente.
François de la Rochefoucauld






-1-

Nunca tuve mejor musa que las hojas del otoño desmayándose.



-2-

El aburrimiento de la eternidad es tan invasivo que no deja tiempo para nada.



-3-

No hay espacio, en nosotros mismos, donde quepa lo que somos.



-4-

La cultura sabe asimilar lo que la instrucción apenas memoriza.



-5-   

La pobreza pudo darme una moneda del valor de mil monedas.



-6-

Poesía es cuando un idioma regresa al estado adánico de su infancia sin perder las barbas de la madurez.



-7-

El tema filosófico y literario más intenso, el más desconcertante, el que nos incomoda pensar por ser, como el lenguaje y la vida, lo más cercano, lo que habitamos sin necesidad de pensarlo, lo que nos sacude sin necesidad de concebirlo, el único sobre el que quiero escribir y sobre el que no he escrito nunca o tal vez lo hice en todos mis escritos: qué diferencia hay, si la hay, entre la realidad y los sueños, y en cuál de los dos polos, si están diferenciados, pasamos la mejor y más intensa parte de nuestras vidas.



-8-

Conseguir, como hace el niño, cuando toma sus regalos, sonreírle al envoltorio tanto como a lo de dentro.



-9-

Lo que más abruma del mal no es tanto su poder o magnitud sino su carácter inevitable, la certeza de que no podemos prescindir de él, que lo llevamos en nuestras inclinaciones incluso cuando no hacemos más que luchar para evitarlo, que ni siquiera tendría sentido la bondad si no fuera por la maldad a la que se opone.



-10-

Ninguna música podrá elevarse a la altura del silencio.



-11-

Raymond Chandler, consejo: "No escriba nunca nada que no le guste, y si le gusta, no acepte el consejo de nadie de cambiarlo. Los demás no saben". 



-12-

Dice Camus que el tema fundamental de la filosofía es el suicidio, la cuestión de si la vida vale o no la pena de vivirse, pero esto es puro efectismo; el tema fundamental es la moral, qué es el bien, qué es el mal, de qué modo proceder para dignificar la vida.



-13-

Para un gran artista es más fácil componer su obra que aprobar un seminario sobre ella.



-14-

El edén es tu país de origen al que extrañas porque te encuentras lejos.



-15-

 Tu familia son aquellos que te dan sin que sea necesario que les pidas.



-16-

Lejos de manejar amplios y complejos conocimientos, que es el caso de los eruditos, los sabios se destacan por la facultad de asimilar verdades tan sencillas que todos pasan de largo, o que desdeñan por su condición de lugares comunes. Darle carnadura a una idea elemental es mucho más complejo que hacer levitar vastas estructuras de erudición. Hay que ser un hombre extraordinario para hacer valer ciertas ideas ordinarias. Un buen ejemplo es la máxima budista de que el origen de todos los males es el deseo, porque no se satisface nunca. El deseo es infinito: quien tiene una moneda, deseará dos; cuando tenga dos, diez; cuando diez, entonces cien, y cuando llegue a mil deseará volver a tener una. Para ser feliz no necesitas alcanzar lo que deseas sino dejar de desearlo. Un hombre que, partiendo de este elemental principio, pueda dominar el arte de no desear, es un verdadero sabio, aunque ni siquiera sepa leer.



-17-

Te desgarras, con tu amor a la belleza, abrazando tigres.



-18-

La virtud es una antorcha que alumbra a los demás pero no sabe verse a sí misma.



-19-

Me fascina de Platón: la maestría con la que sabe ser discípulo; la exasperada humanidad con la que predica los arquetipos divinos; la inmortal poesía con la que censura a los poetas.



-20-

El verdadero revolucionario es el bondadoso.



-21-

Aunque parezca increíble podemos perder la inmensidad.



-22-

El caso del filósofo que ardió reflexionando treinta años y concluyó lo mismo que pudo decir su cocinera abriendo un pollo.



-23-

 Cuanto más grande sea el candado mayor interés tendrán en violentar tu puerta.



-24-

La avaricia es soplar la vela con la que estás despierto cada noche.



-25-

Aldo Pellegrini y una muy precisa definición: "La poesía pretende cumplir la tarea de que este mundo no sea sólo habitable para los imbéciles".



-26-

Piensa Giacomo Leopardi que los dioses esparcieron los males sobre la tierra para distraer al hombre de su irremediable infelicidad que es desear, desde todas sus limitaciones, remontar el sol, escalar las estrellas, habitar lo imposible. Al tener que lidiar con las enfermedades, las fatigas, el hambre y las tempestades, podríamos por fin dejar de lado la tortura de ensayar ese salto que traspase los confines del universo. Para hacer frente a todos los males, los dioses otorgaron a los desventurados una serie de consuelos y recursos: la justicia, la virtud, la gloria, el amor. Sin embargo agregaron, entre todos estos fantasmas, uno especial, uno terrible: la sabiduría; porque basta con ese recurso para desconfiar de todos los demás y retornar, después de un pestañeo, a la situación original del infortunio metafísico.



-27-

A veces pienso que, tal como va el mundo, el único milagro es que se crea en Dios.



-28-

El dolor te está evaluando, ya verá si te convierte en león furioso o siervo herido.



-29-

No hay más hogar ni madre que nuestra lengua.



-30-

Miro la luz de tu ventana como si fuese ella quien pudiera venir a mí.



-31-

Una mujer hermosa se desnuda y todo lo demás se desvanece.



-32-

La majestuosidad puede albergarse en los harapos como el murmullo del mar en los caracoles.



-33-

Un paseo con Robert Walser: “He de confesar que veo la naturaleza y la vida humana como una serie tan hermosa como encantadora de repeticiones, y además quisiera confesar que contemplo esa misma manifestación como belleza y como bendición. Desde luego que en algunos lugares hay cazadores y degustadores de novedades, echados a perder por exceso de estímulo, ansiosos de sensaciones, hombres que ansían casi cada minuto goces no disfrutados aún. El poeta no escribe para tales gentes, como el músico no hace música para ellos y el pintor no pinta para ellos. En conjunto, la continua necesidad de goce y prueba de cosas siempre nuevas se me antoja un rasgo de pequeñez, falta de vida interior, alejamiento de la naturaleza y mediana o defectuosa capacidad de comprensión. Es a los niños pequeños a los que siempre hay que mostrarles algo nuevo y distinto para que no estén descontentos. El escritor serio no se siente llamado a acumular material, ser pronto servidor de nerviosa codicia, y consecuentemente no teme algunas naturales repeticiones, aunque por supuesto se esfuerce en prevenir con celo que no haya demasiadas similitudes”.



-34-

El tiempo le hizo la crueldad de ahorcarla con la misma cuerda que saltó de niña.



-35-

La lingüística es una lupa que pretende usar su lente para examinarse a sí misma.



-36-

Al menos la aristocracia no se pronunciaba democrática mientras nos desgraciaba.



-37-

Vivir es un riesgo permanente y misterioso. La caída de un cabello siempre puede, de algún modo, derrumbar el edificio.



-38-

En el océano de la mediocridad son escasas las islas e infinitas las olas.



-39-

Es inquietante el hecho de que, para apreciar las cosas como merecen, sea necesario ser externo a ellas. Una discusión de locos en el manicomio puede ser fascinante, pero uno tiene que estar fuera de esa locura para percibirlo así. La infancia como paraíso perdido delata que la niñez es más hermosa como recuerdo que como vivencia; los niños no disfrutan la suerte de ser niños, la ignoran. Lo mismo les pasa a los viajeros, que se fascinan con pueblos extraños justamente porque les resultan extraños, pero les resultarían insulsos si, decidiendo establecerse, se convirtieran en uno más de los nativos. Del mismo modo, ¿qué es el encanto del campo sino una figuración de la gente de la ciudad? Abunda, en la condición humana, lo que se encuentra en la literatura de Kafka: seres condenados a buscar lo que no tienen, de modo tal que la búsqueda es infinita e imposible el encuentro.



-40-

De paseo con Joubert: Encuentran más verdades poetas buscando belleza que filósofos buscando verdad.



-41-

La capacidad de identificar ideas erradas puede ser inversamente proporcional a la de refutarlas.



-42-

Algún día como hoy, bajo ese fuerte sol, dejarás, de pronto, de existir. Y ahora vas a leer otras frases, como si no bastara la anterior para cerrar los ojos y temblar sin frío.



-43-

Ese hábito tan canónico de alabar autores que no nos gustan o que ni siquiera leímos.



-44-

La genialidad de Rousseau: ser revolucionario con principios conservadores; retirarse a la soledad de la isla para filosofar sobre la sociedad; haber sido el romántico número uno sin darse cuenta.



-45-

Tal vez sea, el gran éxito cristiano, el acierto de dictar, para los hombres, recetarios para niños.



-46-

Tienes facultad para la poesía si dispuso de tu vida antes de que puedas consentírselo.



-47-

El drama humano comienza cuando se constata la controversia entre nuestras limitaciones y la infinitud del universo.



-48-

Es más fácil cargarse una mochila y dar la vuelta al mundo que tomar la decisión de hacerlo.



-49-

Avanzar sabiendo que en las metas nacen puntos de partida.



-50-

Mucha gente supone que el hecho de llevar la contraria, denunciar, combatir el orden vigente, es en sí mismo un signo de inteligencia. Partiendo de la base diminuta de que el orden establecido es una empresa con la que una elite de listos estafa a la masa tonta, extraen la conclusión gigantesca de que todo transgresor es un despabilado que no se deja estafar. Una falacia muy típica. Existe, en igual medida, el tonto que acata la ley por una mera cualidad de su carácter, como el que la resiste por lo mismo. Los tontos transgresores suelen tener, con respecto a los sumisos, el agravante de creerse listos. Son, por tanto, los peores, porque un tonto que se cree listo es dos veces tonto.



-51-

Ha costado, cada nube, la labor de hacerle un cielo.



-52-

Desconoce el valor de tener una casa quien posee muchas.



-53-

La idea de un manicomio en llamas nos pone los pelos de punta y, sin embargo, pasamos las páginas de los diarios, sin mayor problema, mientras echamos azúcar al café.



-54-

El precio de un milagro es necesitarlo.



-55-

Una obra bien parada sabe echarse a andar sin las muletas de la crítica.



-56-

Desesperados: cuerdos que hacen cosas de locos.



-57-

El dinero que, como la desnudez del cuerpo, es lo más corriente y lo más obsceno al mismo tiempo. Entrar a un sitio público para preguntar a alguien lo que gana no difiere de bajarle los pantalones.



-58-

El papel de la razón es enloquecernos.



-59-

Hay fantasmas escondidos tras disfraces de fantasmas.



-60-

Respetemos nuestros límites: les debemos la osadía de querer atravesarlos.



-61-

La tendencia tan moderna de ocultar los sacrificios celebrados, otros tiempos, en las plazas públicas.



-62-

Con mi amor te hice tan inmensa que acabé perdiéndome en tu sombra.



-63-

Don Quijote es, ante todo, un hombre bueno. Por más disparatadas que sean sus acciones, siempre son consecuentes con una misma idea: hacer el bien, resolver injusticias, ser fiel a los que amamos y arreglar los problemas del mundo. Su drama es aquello de que los buenos causan risa, que las grandes disposiciones de espíritu son extravagancias, que la búsqueda de la justicia se considera locura. El Caballero de la Triste Figura nos incita a la aventura de convencernos de que los locos deben ser los que se ríen de él. Don Quijote será loco o cuerdo, pero nunca ha sido malo; su único propósito es hacer el bien pese a que todo el mundo se conjure en su contra. Tal vez esa ha sido su verdadera hazaña, y no hace falta otra.



-64-

Un inteligente irritado con un tonto acaba de perder su inteligencia.



-65-

Las prosas son las hijas moderadas de los versos.



-66-

Los pájaros que vuelan por el aire no debieran parecernos menos mágicos que los que hacen salir de los sombreros.



-67-

Peor que hacer el mal es no querer pagar el precio.



-68-

Una obra que pudo dañarse por las cornetas de la crítica no debía valer tanto como para merecer otra cosa.



-69-

La palabra es el prejuicio del juicioso.



-70-

En los bosques de mi angustia puede desmayarse un árbol.



-71-

Quien quiera refutar la objetividad en el arte empiece por convencerme de que este aforismo puede valer tanto menos como más que la obra de Dante.



-72-

Muchos suponen que de un arrebato de inspiración resulta algo más auténtico que del fruto de una composición larga, corregida y meditada. Esto es falso; hay, en esos arrebatos, el riesgo de dar por bueno lo que no es más que la ocurrencia circunstancial de una efímera borrachera, en tanto que es muy difícil que una composición meditada no albergue nuestras más genuinas obsesiones.



-73-

Cometer ciertas locuras es muy fácil o imposible.



-74-

La mayoría de los críticos literarios se dedican a dar lecciones sobre la poesía de la que carecen. A veces basta la presencia de uno solo de ellos para que la poesía que pudiera haber en un ambiente se desvanezca. Los críticos literarios investigan el concepto de la literatura porque gustan menos de ella que de las definiciones. También se reconoce a estos especialistas por su cualidad de haber leído más libros que nadie sin saber qué es lo que tienen dentro. Los poetas saben que aquello que contienen los libros es la magia. Los críticos ven, al contrario, una compleja estructura de elementos lingüísticos que sirven para ser analizados en detestables congresos y tesinas. No tiene sentido enojarse en serio con ellos: si acaso aciertan en algo, quizá hagan el bien, pero si no aciertan, que es habitual, no pasa nada. Además, son muy útiles para algunas tareas administrativas. Tampoco hace falta apartarse de ellos, pero sí mantener una distancia prudencial. La mejor manera de mantener esa distancia es sumergirse, tras un salto mortal, en la magia de la literatura. Una vez consumado el acto los académicos huyen y la poesía fluye horadando nuestro corazón como una flecha envenenada de vida.



-75-

A pesar de tantas leyes es posible hacer lugar a la justicia.



-76-

Hay que ser muy sólido para dar al porvenir el obsequio venerable de unas ruinas.



-77-

Para el necio la crítica de su idea o partido equivale a la de su persona.



-78-

Conservar, en los disturbios, el espacio de la cara donde cabe una sonrisa.



-79-

Cualquier régimen que impida expresarse a una minoría puede calificarse de dictatorial, aunque lo apoye la mayoría.



-80-

La obra entera quedó justificada por lo que vale uno de sus detalles.



-81-

El carácter objetivo o relativo de los valores es uno de los más apasionantes y controvertidos problemas filosóficos, sobre todo porque nunca acaba de resolverse. Especifiquemos el caso primordial de los valores morales. Dijo Baudelaire que Dios, para reinar, no necesita existir. Yo creo que se puede decir lo mismo de los valores morales planteados en términos objetivos. El carácter objetivo de los valores morales es, antes que cierto, necesario o, más aún, inevitable. Somos incapaces de prescindir de criterios objetivos sobre la moral. Resultaría demasiado difícil aceptar el carácter relativo de un valor sin invalidarlo, por ejemplo, admitir que torturar niños está mal pero podría no estarlo porque depende del punto de vista. Los valores morales son objetivos o no existen; un librepensador podrá darse sus lujos pero una sociedad, para establecer cualquier tipo de orden, no puede tomar el asunto de otro modo, de hecho los revolucionarios comparten con los conservadores la necesidad de basar sus ideales en principios incuestionables. De esto se concluye que, en definitiva, no tiene mayor importancia que un valor moral sea objetivo o relativo porque los valores objetivos, para reinar, ni siquiera necesitan ser objetivos.



-82-

Creía que los viajes me estaban enloqueciendo pero ahora, que ignoro dónde estoy, comprendo que fue la locura quien me llevó a viajar.



-83-

Los que buscan situarse más allá del bien y del mal acaban situándose en el mal.



-84-

El estilo: toda obra suma con lo que puedas restarle.



-85-

La ira es esa sangre que brota de una vena que se corta: ahora no podrá más que manchar.



-86-

Si en vez de señales de tránsito pusieran aforismos tal vez habría menos accidentes.



-87-

Siempre se escribe sobre muy pocos y esenciales temas. El arte es el desafío de decir lo que se ha dicho innumerables veces como si se dijera por primera vez.



-88-

Persevera aquel candor de protegernos con el simple hecho de cerrar los párpados.



-89-

Hay noches en las que ya caímos y no cesa la angustia de caer.



-90-

Hace varios años visité un manicomio. Uno de los internos, con el que había tenido una conversación agradable e interesante, me hizo, con sincera curiosidad, la siguiente pregunta: ¿por qué crees que yo estoy aquí dentro y tú estás allí fuera? Aquella noche no pude dormir. Lo primero que pensé fue que seré capaz de responder sobre los límites entre cordura y locura cuando sepa, también, distinguir entre la vigilia y los sueños, la realidad y el lenguaje, la filosofía y la vida. ¿Por qué él estaba allí dentro y yo estoy aquí fuera? Esta noche no dormiré tampoco. Podría enloquecer nada más que de buscar una respuesta que me satisfaga, volver a ese manicomio para quedarme dentro. Tal vez aquel interno ya no esté allí y venga a verme, de visita, y entonces sea yo quien pueda hacerle la pregunta.



-91-

La relación de los sueños con la realidad es que forman parte de la realidad.



-92-

El marxismo es una metafísica burguesa que, en su afán de derrocar la burguesía, y también la metafísica, acaba derrocándose a sí mismo por reducción al absurdo.



-93-

Conozco pocos enemigos de la moral que no se ofendan cuando algún amigo se acuesta con sus parejas.



-94-

Ahora que conozco mis limitaciones puedo avanzar con paso firme. 



-95-

Con respecto a los diferentes tipos de inteligencia, me inquietan esas personas cuyo desarrollo notable de una pareciera invalidarle las otras. Hay seres capaces de las más admirables genialidades científicas que no comprenden las más sencillas rimas de Becquer.



-96-

No puedo saber, cuando miro la luna, si su luz abre mis ojos o los cierra.



-97-

Leemos en libros antiguos algunas afirmaciones, magistrales en sus épocas, que han sido refutadas por el tiempo y ahora, a nuestro entendimiento, resultan insalvables disparates. Luego pensamos que esos autores pudieron ser más sabios y atinados que nosotros, acaso incapaces de estar a la altura de nuestra época como aquellos lo estuvieron de las suyas y, lo mejor de todo, preguntarnos con cuáles de nuestras certezas haremos sonreír a la posteridad.


-98-

No hay cárcel más terrible que la de puertas abiertas.



-99-

Hay que estar mal hechos para ser capaces de angustiarnos ante la naturaleza.



-100-

El mayor favor que nos hace la lucidez es cuando nos ayuda a soportarla.



-101-

Aunque haya costado mil fracasos un triunfo es un triunfo. 



-102-

La plenitud de valorar lo que se tiene como si no se tuviera.
  


-103-

El amor conlleva el riesgo de que un corazón ajeno pueda detener el propio.



-104-

Los pobres hacen la guerra a los ricos para ser como ellos con sus mismos medios.



-105-

A veces el odio no es más que un desagradable recurso de defensa.



-106-

Lo enfermizo de la misantropía es que otorga demasiada importancia a lo que repudia.



-107-

Los lugares comunes son cenizas perennes de incendios que han sido esplendorosos.



-108-

Una de las inquietudes más latentes de la poesía de Leopardi es la infelicidad, profundo problema existencial que, fatalidad de nacimiento y muerte, paridera de todas las penas, elemento idiosincrático de nuestra especie, nos hace, tantas veces, cuestionar el sentido mismo de la vida. El poema Amor y muerte concluye que es la muerte, junto al amor, la cosa más bella de la tierra, porque apaga el dolor. Sin embargo, dice el poeta, hay que vivir. Hasta que llegue la muerte, debemos afrontar la vida con nobleza. No hay mejor manera de sacar partido del dolor que la de ser virtuoso a su pesar. No hay mayor grandeza que la de vivir con dignidad en las adversidades. Llevar la vida como la obra de un artista sabiendo que lo más probable será fracasar o morir sin conocer la gloria, pensar que acaso la virtud no valdría si no fuera por su afán de abrirse paso en un sendero de zarzas y espinas, dar agua y luz, día tras día, a esa flor tan frágil que ha crecido en el desierto.



-109-

Mancillar el amor es el peor de los pecados.



-110-

Los aludes del pensamiento pueden helarnos más que los de las montañas.



-111-

El problema de las leyes es que están obligadas a juzgar casos particulares con criterios determinados por la generalidad.



-112-

La historia es un género modesto de la literatura.



-113-

Filósofos materialistas. Ya verás qué gritos pegan cada vez que algo les pica sin saber dónde rascarse.



-114-

Aprendí a mirar más puertas en las nubes que en las casas.



-115-

Voy de viaje, atravieso un bosque espeso entre majestuosos cerros. Me detengo ante unos hoyos elocuentes, ancestrales; han quedado de unos pueblos de los que poco sabemos. No está claro, todavía, si se trata de morteros o de mapas estelares. Tantas cosas, las que uno mismo hace, deberían suscitarnos una duda semejante.



-116-

La desazón humana deriva de su frustrado diálogo entre la cultura y la naturaleza.



-117-

El romanticismo es el padre de todos los géneros, incluso del romanticismo.



-118-

Hay personas tan inmunes al embrujo de las artes, del amor, de la belleza, que podrían, sin siquiera darse cuenta, navegar por ese punto donde cantan las sirenas.



-119-

Los que menos tienen son los que más bailan.



-120-

Ve a Venecia porque la pondrás más bella cuando temas que se hunda.



-121-

La derrota también puede formar parte de las bellas artes.



-122-

Las llamas del infierno queman menos por su temperatura que por su eternidad.



-123-

El lenguaje es esa cárcel de la que intentamos fugar abrazando sus barrotes.



-124-

Ahora que está en ruinas es más bello el monumento.



-125-

El comunismo es una doctrina que pretende ser un hecho y el capitalismo un hecho que pretende ser doctrina.



-126-

Viste el bosque más pequeño que la sombra de uno sólo de sus árboles.



-127-

El orden social deja de lado a los pobres a la hora de otorgar derechos elementales, tales como vivienda, educación, salud y trabajo digno, de modo que acaba condenándolos a una marginalidad que suele devenir en delincuencia. Pero, a la vez que los excluye de los derechos, no vacila en incluirlos en las obligaciones, por ejemplo cuando las fuerzas policiales los castigan porque no cumplen con un sistema que no había cumplido con ellos. Este círculo vicioso de generar marginales para luego combatirlos es una de las formas más deplorables de la injusticia social.




-128-

La maldad hace menos mal que la estupidez.



-129-

La respuesta es un camino de regreso a la pregunta, un rodeo que agregó misterio.



-130-

Si toda poesía es política entonces toda poesía que habla de política es redundante.



-131-

Nuestro amor es una ley que ha violado muchas leyes.



-132-

Casi siempre es agradable, desde el banco de una plaza, observar a las palomas disputándose las migas. Casi siempre; también pasa, algunas veces, que se sacan conclusiones.



-133-

Es tan fatigoso potenciar el bien para que asome la cabeza como retener el mal para que no erupcione.



-134-

Un buen albañil no es, para la obra, de menor inteligencia que un buen arquitecto.



-135-

Consumadas tantas redes que tejieron nuestras manos nos largamos, enredados, a buscar culpables.



-136-

De Esperando a los bárbaros, Coetzee: "Parece lógico que un hombre que no sabe qué hacer con la mujer que tiene en su cama no sepa qué escribir".



-137-

Puede hacer falta más grandeza para admirar una obra que para componerla. 



-138-

La vejez es una infancia sin juguetes.



-139-

Justificas tanto tiempo en lidiar con el problema que cuando se resuelva quedarás desamparado.



-140-

Hay infinidad de actitudes y aficiones que, por más polémicas o extravagantes que sean, podemos darlas por buenas; basta con agregar el “siempre y cuando no hagan daño al prójimo”.



-141-

Un artista revolucionario no puede formar parte de ninguna vanguardia, en todo caso la genera a su pesar.



-142-

Hay poesía, también, en los poemas.



-143-

La ventaja del pesimista es no sufrir desengaños y hacer del escepticismo un vigoroso estilo de vida; los que se suicidan son los optimistas fracasados.



-144-

Si topásemos, de pronto, con un animal desconocido, nos daría miedo, un valiente lo atacaría. Esto me sugiere, sobre la humanidad, ideas muy funestas.



-145-

Exótico es, con su asombro, el extranjero.



-146-

Vive en la casa de enfrente y sin embargo debes, para golpear su puerta, atravesar desiertos, mares, desiertos.



-147-

Por regla general, a los intelectuales les irritan las cosas que están al alcance de cualquiera. Pocas actitudes resultan tan lamentables como la sobrevaloración de la complejidad, como si lo complejo implicase, en sí mismo, mayor nivel de importancia o de verdad. Consecuentemente, la mofa de los lugares comunes. ¿Qué importa si algo es un lugar común cuando efectivamente vale la pena o está en lo cierto? Siempre me pareció muy curioso el que una característica idiosincrática de la intelectualidad sea esta tendencia tan poco inteligente.



-148-

Existe la alquimia de usar nuestros errores para extraer aciertos.



-149-

Una rigurosa educación de la mirada.



-150-

La poesía es una paradoja prodigiosa. Paradoja, porque pretende decir con palabras lo que está más allá de las palabras. Prodigiosa, porque lo logra.



-151-

Entre el centro y la periferia hay más puentes que murallas.



-152-

Para pisar la meta de su camino un chamán debe ser un sanador, un guerrero, un vidente y un maestro. Pienso que puede bastar, para recorrer las cuatro sendas, transitar a fondo una sola de ellas, ya que estimo improbable que cualquiera de estas competencias pueda consumarse sin conllevar las demás.



-153-

Adultos que desean regresar a sus veinte años pero con la experiencia de los sesenta, ¿qué ventaja podría tener un ser tan monstruoso?



-154-

La paciencia es el arte de atravesar una jungla convirtiéndola en un jardín.



-155-

Rimbaud. Nos cuesta dejar de admirar a un hombre que, después de haber sido extraordinario y joven poeta de su tiempo, pueda opinar, perdido en algún pueblo africano, que los libros sólo sirven para tapar la lepra de las paredes viejas; ese mismo hombre que, concluyendo una intensa vida dedicada al paganismo, hace llamar a un cura en su lecho de muerte. Nos cuesta dejar de interesarnos por este poeta y, además, puede que nos gusten sus poemas.




-156-

Trabajan buscando adeptos quienes son incapaces de ser hallados.



-157-

El arte es la aristocracia de los desclasados.



-158-

La desvergüenza de los hombres puede llegar al límite de enfadarse con Dios porque no les impide cometer sus canalladas.



-159-

La solidaridad burguesa es una buena inversión: se adquiere tranquilidad moral por unas pocas monedas.



-160-

En el fondo lo sabemos: no podríamos vivir sin ciertos conflictos que nos desgarran.



-161-

Un buen profesor siempre aprende cuando enseña.



-162-

La única manera de vencer a los dioses es reemplazarlos por otros.



-163-

Las obras poéticas más excelsas de los pueblos son sus lenguas.



-164-

Esa tendencia a suponer, en los fenómenos, una complejidad de la que quizá carecen. Probablemente Sócrates no escribió nada porque no tenía ganas.



-165-

Hay gente tan carenciada que pasó un mes entero sin mirar las estrellas.



-166-

Dice el político que todo hecho es político. Cierto, pero con idéntica validez puede decir, el filólogo, que todo es lenguaje, o que todo es biológico los biólogos, luego intervendrá el psicólogo para insistir en que la psiquis determina todo. Todos tienen parte de razón: hay, en cada hecho, el factor político, el factor lingüístico, el factor psíquico o el factor biológico. Estamos confusamente determinados por el  complejísimo entrevero de todos esos factores, además de muchos otros y, según cada caso, cada determinante puede tener mayor o menor relevancia que los demás. Dar a uno solo de esos factores una relevancia desmesurada ha sido el desmesurado error de algunos genios y de innumerables tontos.



-167-

Sería mejor si todos los poetas publicasen un solo libro, póstumo, llamado “Obras completas”.



-168-

Libros que extraen su sabiduría de personas que no saben leerlos.



-169-

La soberbia de la mediocridad es la más exasperante de las paradojas.



-170-

Duele menos estrellarse en el asfalto que pararse en la cornisa.



-171-

No llevan bien las cuentas de sus casas pero hablan como expertos sobre la administración de sus países.



-172-

Un arte tan excelso que no parece arte, que no pudo haber salido del talento de un artista, que incómodos, perplejos, nos negamos a creerlo. Shakespeare, Velázquez, Bach, Miguel Ángel, que esos hombres existieron es mentira.



-173-

La indiferencia ante la política es una de las formas deplorables de la política.



-174-

Toda palabra es una balsa sobre la que uno puede arrojarse para, de una manera precaria pero eficiente, mantenerse a flote en medio de este mar infinito y tempestuoso que es la realidad que nos rodea. Los poetas, cuando son de los mejores, pueden lograr que esa balsa sea más sólida que el mar.



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Wittgenstein: “Aunque todas las posibles preguntas de la ciencia recibiesen respuesta, ni siquiera rozarían los verdaderos problemas de la vida”.



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La riqueza del que bebe agua disfrutando de un manjar invalorable.



-177-

Se aconseja leer a Descartes porque escribe bien. Es que, antes que un gran pensador, hay que ser un gran escritor para demostrar que la razón puede explicar lo que no está a su alcance.



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 Dos reglas de conducta: compartir lo poco que se tiene, como los pobres, o ser egoísta con grandes fortunas, como los ricos; reparar que todos están hechos del mismo barro; que los de un lado se comportarían igual que los del otro, si allí les tocase estar; concluir que estas dos reglas, como todas las demás, pertenecen al reino de la mediocridad, en tanto que lo realmente valioso siempre está en las excepciones. 



-179-

Entre un payaso y su público no vi mayor diferencia que la cantidad de colores.



-180-

Confesarnos que les tomamos afecto a dos o tres defectos.



-181-

El común de las personas de la era del satélite todavía no comprende la bombilla eléctrica.



-182-

No es posible ser nada más que poeta sin ser músico, pintor y filósofo.



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Todos los objetos ocultan ventanas y el peligro de caer del otro lado.



-184-

Si nos permitimos trazar un esquema bipolar y simple de nuestra compleja condición humana, conviene delimitar dos factores constitutivos: espiritual y racional. El espiritual, o emotivo, engloba todo aquello que entendemos como el alma, el corazón, los sentimientos, los impulsos e intuiciones; sin él no podríamos amar, crear, conmovernos, dar sentido a la existencia. El racional comprende el sentido común, la sensatez, la objetividad, la porción de frialdad y egoísmo necesarios para sobrevivir o progresar, la sobriedad, el sentido práctico del que tiene los pies sobre la tierra; sin él seríamos incapaces de mantener una familia, conservar un empleo, administrar un patrimonio o cuidar la salud. Como buen par de opuestos, estos dos factores son complementarios, en tanto que lo espiritual es el motor que nos mueve y lo racional el timón que nos guía y dirige. El arte del buen vivir no tiene más secreto que el de equilibrar lo espiritual con lo racional, acompasar corazón con cerebro, de modo que quien sufra una carencia o exceso en alguno de estos factores debería poner todo su esmero en corregirse. Inevitablemente habrá circunstancias en las que un factor se imponga sobre el otro, pero para vivir de una manera apropiada es necesario alcanzar el equilibrio.



-185-

Para darse una idea de cómo funciona el mundo basta con advertir que una de las acepciones de “inocente” es ingenuo, tonto.



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Laberintos del intelecto que no tienen más salida que salir del intelecto.



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Comprender la solidez del aire sin perder el aire.



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Desconfía del triunfo: va a dejarte, de tus sueños, una cruel caricatura.



-189-

Siempre acusan a los pobres de hallarse en el estado al que los reduce su pobreza.



-190-

Mala gente que ayuda a los demás para darse la ayuda de creerse buena gente.



-191-

La naturaleza no se equivoca porque carece de palabras.



-192-

Existe tanto la objetividad como lo relativo, es decir, la consistencia propia de un objeto y la de lo que construye, con su mirada, el sujeto que lo percibe, que pasa a ser, a su vez, un nuevo fenómeno con existencia propia, efecto convertido en nueva causa capaz de alterar la realidad. La objetividad existiría aunque fuera imposible aprehenderla tal cual es, y tampoco podemos desestimar la consistencia de los puntos de vista del sujeto. Por lo tanto, siempre me ha inquietado esa disputa filosófica que consiste en que los partidarios de una objetividad  entablan una batalla feroz contra los de una relatividad absoluta, y viceversa. Así como hay luz y oscuridad, sin que ninguna pueda ser más cierta que la otra, hay verdad objetiva y verdad relativa. Cada una tiene su peso y, si bien las confundimos, coexisten. Los objetivistas suelen atribuir existencia autónoma a los puntos de vistas determinados por la cultura. Frecuentemente son arbitrarios e involuntariamente dogmáticos. Los relativistas, a su vez, cometen el error de suponer que ciertos valores propios de un fenómeno no son más que puntos de vista de un sujeto, es decir, que carecen de existencia propia más allá del modo en que son percibidos. Se basan en nociones como las del concepto histórico o la del marco de referencia, con el riesgo de terminar pensando que la luna es más pequeña que nuestro dedo. El problema es que para fundamentar que todo es relativo necesitan un argumento que no lo sea y se reducen al absurdo. Ni todo es objetivo ni todo es relativo: hay objetividades y relatividades y lo realmente difícil, quién sabe si imposible, es adquirir la extraordinaria competencia de saber distinguirlas.



-193-

Se reconoce al experto por la importancia que atribuye a los detalles.



-194-

Es habitual que los intelectuales se interesen más por la inteligencia que por la verdad.



-195-

Algunos revolucionarios, reflexionando, llegaron a la estúpida conclusión de que la poesía es la torre de cristal de un egoísta, y la censuraron. Algunos conservadores, sin pensar, casi por instinto, acertaron suponiendo que la poesía, peligrosa, era capaz de demoler sus estructuras, y la censuraron. El poeta, mientras tanto, siguió escribiendo para salvarnos de toda esa gentuza.



-196-

No le basta, a la nieve, ella misma ser hermosa, que embellece todo lo que toca.



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Lo trágico es la claudicación de lo ilusorio ante lo real.



-198-

Dijo que prefiere ser superficial, pero feliz, y no se me ha ocurrido nada que objetarle.



-199-

Descreen de la objetividad los que carecen de competencia para identificarla.



-200-

Consejo de Pascal: los que, deseando creer, no son capaces de lograrlo, deberían vivir haciendo todo como si creyeran y, tal vez sin darse cuenta, se encontrarán creyendo. Reflexión de un agudo pensador que, como es habitual, cabe en una de esas frases que se puede oír en cualquier mercado: “para aprender a nadar hay que arrojarse al agua”.



-201-

Necesaria sensatez de considerar que las cosas podrían ser de otros modos.



-202-

Conceder que no pudo salir nada de la nada conlleva el riesgo de rendir nuestra  incredulidad al carácter divino del universo.



-203-

Los hombres que se imaginan superiores dan con ello la prueba de su inferioridad.



-204-

Si la agricultura no fuera parte del saber debería considerarse más útil que la sabiduría.



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Me parece imposible haber sido rey y mendigo y no ser después un sabio.



-206-

La madurez del pensamiento empieza cuando acaba el hábito de valorar ideas, o fenómenos, según a quien complazcan o se opongan.



-207-

Rechazo al revolucionario que se entusiasma más con la lucha que con lo que procura obtener por medio de ella.



-208-

El psicoanálisis dispone de ciertos medios para ayudar a resolver los problemas que inventa en sus pacientes.



-209-

Es domingo y no comprendo si me alejo de todo o si todo se aleja.



-210-

San Agustín sabe lo que es el tiempo si no se lo preguntan, pero cuando le preguntan qué es ya no lo sabe. Hay entidades tan débiles que, si no fuera por el concepto que las afirma, apenas serían perceptibles, mientras que otras, como el tiempo, son tan sólidas que existen poderosamente aunque nadie las defina, al punto que cualquier concepto sobre ellas nos resulta perturbadoramente esquelético, insuficiente. Lo mismo nos pasa a los poetas con la poesía, que nos atraviesa como una vivencia tan intensa que ni siquiera requiere de un concepto en el que apoyarse. Así, es ridículo definir la poesía diciendo algo como “composición literaria en verso”. La poesía no se define porque es tan fuerte que no nos hace falta; o sentimos cómo nos devora sin saber qué es, o intentamos definirla de la única manera posible: escribiéndola.



-211-

Traductores incapaces de componer las obras que traducen y que, sin embargo, pueden ser más sabios e inteligentes que los compositores.



-212-

Creyendo que algo existía lo hicieron nacer.



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Para ser un gran humano hace falta una gota de divinidad.



-214-

Todavía no comprendes el asunto, pero tiemblas. El cuerpo, que carece de reparos, se anticipa a tu cerebro.



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La mayoría de las personas han de ser buenas, de lo contrario no habría modo de que el mundo funcionase. Pero.. ¿funciona?



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Pocos pasajes de la literatura anarquista me han resultado tan fulgurantes a la vez que acertados como los siguientes sablazos de Rafael Barrett: “Universitarios que proyectáis regeneraciones, retóricos del sacrificio, abandonad esa colmena central y dispersaos por los modestos rincones de vuestro país, no para chupar sus jugos a los cálices ingenuos, sino para distribuir la miel de vuestra fraternidad. Talentos generosos, prosperad todavía: haceos maestritos de escuela, curitas de aldea; acudid a la simple faena cotidiana, y en las tardes transparentes, a la vuelta del surco, hablad al oído a vuestros hermanos que sufren, ¡que sufren tanto que no saben que sufren! Pero si no hay amor en vosotros quedaos en la colmena y dedicaos a la política”.



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Merece la pena lo que pueda perturbar el juicio.



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Poesía, palabras más vestidas que parecen más desnudas.



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La araña tampoco puede librarse de su tela.



-220-

¿Superhombre? Nunca hubo ni habrá más que hombre a secas. ¿Muerte de Dios? Es posible, después que muera el hombre a secas. ¿Derrocar al cristianismo? Candidez conmovedora. ¿Más allá del bien y del mal? Grandilocuencia aristocrática. Nietzsche convence, primero, como poeta, nos interesa o persuade su reflexión en un paréntesis, y al final terminamos conservándolo, también, porque es poeta, de los mejores.



-221-

Ese esfuerzo que hacen los prejuicios para ser más persuasivos que las evidencias.



-222-

Esos generosos capaces de darte un puñetazo si no les permites invitar a la cena.



-223-

Vanguardistas, esos teóricos de la forma que cometen la necedad de confundir lo que suponen nuevo con lo bueno.



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La política es al cuerpo de una sociedad lo que al de una persona su sistema digestivo transitado de heces. Algo que huele muy mal, repugnante, pero por desgracia inevitable. No somos capaces, ni como sociedad ni como individuos, de dar un paso sin producir ni expulsar excrementos. Para poder organizarse una sociedad se ve obligada a producir abundante materia fecal, es decir, aquello en lo que deviene todo fenómeno social de carácter administrativo. Si bien es cierto que una sociedad está constituida por las heterogéneas labores de todos y cada uno de sus integrantes, existen personas que se dedican al trabajo sucio de manera vocacional: los políticos. Hay excepciones, sí, para confirmar la regla pero, más allá de su partido o ideología, todos ellos comparten esta extraordinaria vocación por las heces. El nivel de importancia e incidencia de un político es proporcional al de su hundimiento en la alcantarilla.



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Todos los caminos del mundo conducen a la patria de nuestro corazón.



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Encuentro más verdad en los filósofos cuando son poetas que en los poetas cuando son filósofos.



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Ernesto Sábato: “El mundo nada puede contra un hombre que canta en la miseria”. Me complace y me convence pero pienso, de inmediato, si es posible, sin miseria, que haya un canto como ése, por lo tanto la sonrisa se convierte en mueca.



-228-

Me recibieron creyendo que había vuelto.



-229-

No hay diferencia cualitativa entre el ciudadano que, a su nivel modesto, carga los mismos vicios que el gobernante a su nivel histórico.



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Hermann Hesse: "Yo tengo bastantes amigos que en política profesan ideas contrarias a las mías; y entre los que en política piensan como yo, hay bastantes personas a las que no puedo tomar en serio".



-231-

Visité a un viejo marginal que vivió toda su vida dedicándose al oficio del asalto, de la estafa, del secuestro y de las drogas. Ha pasado muchos años en las cárceles y otros tantos en guaridas y hospitales; conoció la limosna y la fortuna; habitó varios países y tuvo más de un hijo. Oyes hablar a una de estas personas y no dejas de advertir la sólida realidad del terreno que pisaron, con sus códigos y honores, sus tragedias y placeres, la brutal sinceridad de cada uno de sus actos, la importancia y el comercio que han tenido, sus asuntos, con el mundo de los jueces, de los médicos, de empresarios exitosos, de los padres de familia. Tan real se nos presenta esta urdimbre clandestina, es de tanta consistencia, va tan dada de la mano con la forma en la que funciona el mundo, que podemos concebir la idea de que todos los que acatan cada ley establecida son un grupo de inocentes, en el mal sentido, cuya vida es una farsa, una cándida y ramplona fantasía.



-232-

Un espíritu insobornablemente íntegro pone en peligro la estructura de cualquier sociedad.



-233-

Cuando uno se acostumbra a estar enfermo acaba sin saber vivir de otra manera.



-234-

Los primates nunca dejan de morir ni de nacer.



-235-

La mentira no se opone a la verdad, sólo intenta soportarla.



-236-

Existe la contradictoria filosofía que desestima al filósofo, concluyendo en que nada logra el hombre con su pensamiento, que la realidad le resulta inaprensible y todo lo que razona no son más que sombras y balbuceos de sus limitaciones. Olvidan que el pensador y su pensamiento son, además de algo que delibera sobre la realidad, partes de la realidad misma y, por lo tanto, es plausible decir algo de peso sobre ella, es decir sobre uno mismo.


-237-

El poder del mal tiene la magnitud de nuestras debilidades.



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No hay escapatoria: huir de la poesía es poético.



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Giacomo Leopardi piensa que, si bien el hombre es infeliz por pesares intrínsecos a su naturaleza humana, también lo es, en gran medida, por la naturaleza misma. La naturaleza nos atormenta contrastando su impasibilidad con nuestra desesperación, su infinidad con nuestra finitud, su perfección inmaculada con nuestra imperfección accidentada. Magnánima, imperecedera, desprovista de angustia y de pesar, la naturaleza nos hostiga desplegando ante nuestros ojos todo lo que nunca podremos ser y, primero madre, acaba por ser nuestra madrasta, respondiendo a nuestras dolencias con toda suerte de tempestades convertidas en nuevas causas de infortunio. Cuenta el poeta la historia de un islandés que, mientras huía con gran odio de la naturaleza, topa con ella en una región apartada de África. En su misma cara la maldice, reprochándole el que le haya infundido una insaciable avidez por el placer, al tiempo que el disfrute de este placer sea, entre las cosas humanas, la más nociva, cuando no imposible.  La naturaleza le revela una verdad terrible: la vida es un circuito de producción y destrucción en cuyas leyes nada tiene que ver la felicidad humana. El hombre, sin dejar de maldecir, pregunta: “¿A quién complace o a quién favorece esta vida infelicísima del universo, conservada con daño y con muerte de todas las cosas que lo componen?”. Entonces vienen dos leones y lo devoran.



-240-

Dichosos los griegos que se embriagaban creyendo en Baco.



-241-

Para invadir el palacio basta con una mariposa.



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Las rebeliones más eficaces las cometen los que ambicionan ser opresores.



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Mucha gente sostiene que la patria no existe, que es un mero artilugio político de la historia y otras sandeces semejantes. Se trata de personas que, en la mayor parte de los casos, apenas conservarían el blanco de sus ojos si se arrancasen todo lo que su país, bueno o malo, aportó en sus personalidades, empezando por una lengua con la que razonan el mundo, la mayoría de sus gestos y costumbres, a veces hasta una manera de caminar o de pararse. Poco faltaría para que sean ellos los que no existan. Muchos no salieron nunca del país, y entrarían en pánico si un día abrieran los ojos y se encontrasen del otro lado de la frontera, como si el fantasma en que no creen los hubiera aterrado desapareciendo.



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Vaya sociedades que se enfadan con los pobres y toleran la pobreza.



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Hay grandes viajeros que nunca salieron de su aldea y personas que dieron la vuelta al mundo sin haber viajado.



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Mentir, robar, traicionar, matar, no tener palabra. Cuesta encontrar una cultura, de la época y sitio que fuera, en la que estas faltas no hayan sido consideradas como tales, incluso allí donde no hagan más que cometerlas. Dos pueblos pueden no parecerse en nada con la excepción de esas pocas reglas transparentes, elementales: no mentir, no robar, no traicionar, no matar, cumplir con la palabra. Son, no cabe duda, los valores trascendentes, objetivos, absolutos, los fondos que sobreviven a milenios que desplazan, incesantes, tantas formas relativas. Guerra hubo solamente una que es civil pero mundial, cuyo origen se ha perdido en la bruma de la antigüedad remota, es la misma que persiste, encarnizada, mientras lees, ahora mismo, estas palabras, la que seguirá encendida en la hoguera del futuro: los que luchan por fundar esos valores contra los que nunca dejan de abolirlos.



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En los siervos puede haber una blancura que doblegue a los leones.



-248-

Las grandes verdades son tan elementales que resulta muy difícil valorarlas.




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Debemos a la muerte valorar la vida.



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Mi tristeza es la caída de una hoja del otoño que no cesa de caer durante un año, hasta que volvió el otoño.